Nelly Ramírez
delegalymas@gmail.com
Era mi primera vez en los Estados Unidos, el verano de 2001, desde mi arribo a tierra norteamerica -25 de agosto- de ese año, todo transcurría a la perfección entre mi hermana, mi cuñado y mi sobrino que residían en New Jersey.
Estaba disfrutando unas vacaciones maravillosas con mi familia. Shopping, cafés, bares, restaurantes, parques, lagos, un verdadero “jangueo”. 17 intensos días, llenos de felicidad habían pasado, sólo me quedan cuatro, ya que tenía fecha de vuelo el 15 de septiembre.
Había aprovechado mi primer verano en New Jersey al máximo, tanto que no quería regresar sin ir a la Gran Manzana, a Nueva York, deseo que fue cumplido por mi hermana y mi cuñado; me llevaron a pasear por el Downtown en Manhattan: Quinta Avenida, Séptima Avenida, World Trade Center, Central Park, Empire State…
Sin embargo, el 11 de septiembre de 2001 todo cambió, no solo para mí, para mi familia en Estados Unidos, sino para el mundo. Eran las 8:45 de la mañana, cuando mi hermana me despertó con la fatídica noticia de lo que estaba viendo estupefacta en Telemundo Nueva York, mientras preparaba a su niño de 7 años para llevarlo a la escuela.
¡”Ven a ver Nelly”! Le escuché gritar, momento en que salté de la cama y fui con ella. La encontré absorta junto al niño, que igual que ella miraba con terror lo que estaba ocurriendo en pantalla de la televisión.
A esa hora de la mañana del 11 de septiembre un avión Boeing 767 impactó la parte norte de las Torres Gemelas en el emblemático rascacielos World Trade Center. Este edificio ardía en fuego, episodio que permaneció por 102 minutos, hasta que se desplomó.
Pero el horror no terminó ahí, regresé a la habitación, pero unos 18 minutos después-9:03 a.m. volví a escuchar la voz de asombro de mi hermana ¡”Nelly”!, volví a la sala y nueva vez estaba allí absorta, un segundo avión había impactado la parte sur de las Torres Gemelas. El edificio permaneció en llamas por espacio de 56 minutos, tiempo tras el cual se derribó. El ataque terrorista no solo ocurrió en las Torres Gemelas, sino también en el Pentágono en Washington y en Pennsylvania.
A partir de este día, una gran incertidumbre se apoderó no solo de quienes se encontraban en los Estados Unidos vacacionando o realizando alguna otra actividad, sino incluso de los propios estadounidenses e inmigrantes residentes y ciudadanos.
Todos los aeropuertos fueron cerrados, los vuelos suspendidos, y la interrogante constante era Y ahora, cómo voy regreso a mi país? Se acabaron las vacaciones y, aunque la hermosura de estar en suelo norteamericano se había convertido en una pesadilla y la premura era regresar igual producía terror pensar en abordar un avión en esos día.
Pero, era una responsabilidad regresar, constantemente mi cuñado llamaba a la línea aérea para saber si iba a haber vuelo en la fecha indicada-15 de septiembre- en principio la respuesta era que aún no se tenía información al respecto, pero la hacer la última llamada el día 14 la respuesta fue que sí saldría un avión, pero por el aeropuerto John F. Kennedy. Otra pesadilla, ya que me encontraba en New Jersey y lo conveniente era viajar por el aeropuerto de Newark, pero no, tuve que trasladarme hasta el John F. Kennedy en un servicio de taxis, que por cierto debido a las circunstancias fue bastante costoso.
Ya en el aeropuerto, mi incertidumbre se acrecentó, allí todo estaba desolado, no había personal de servicios, no había líneas telefónicas, hasta que fue anunciado el vuelo de regreso hacia Santo Domingo y ¡oh, sorpresa, esos vuelos desde el John F. Kennedy que regularmente suelen estar repletos de dominicanos, a penas tenía siete pasajeros.
Los rostros de todos parecían de «velorio» , se percibía el pánico, hasta que ¡por fin, arribamos en el aeropuerto Internacional Las Américas (AILA). Algunos aplaudieron, otros rezaron, oraron, pero la felicidad de volver a tierra dominicana era obvia, algunos afirmando que no volverían a tomar aviones, por la inseguridad de vuelos demostrada en ese momento.
El 11 de septiembre 2001. Cuatro aviones fueron secuestrados por miembros de al Qaeda para atentar contra estos edificios de Estados Unidos.
Un total de 2.996 perdieron la vida en las emblemáticas torres, en donde ahora está la denominada “Zona Cero”, lugar en donde todos los años para esta fecha se realizan solemnes actos en recordación de las personas que perecieron aquí.
Veinte años después de los atentados 11-S. Para este sábado a pesar de la pandemia de la COVID-19, Estados Unidos se prepara para conmemorar el 20 aniversario de éste fatídico acontecimiento terroristas. Sin embargo, se están haciendo los aprestos para dejar de mencionar los nombres de las víctimas, ya que las familias han pedido obviar la lectura de los nombres en la ceremonia, para evitar mayor dolor.
Temor por doquier en Estados Unidos. A pesar de que hace dos décadas de aquel atentado terrorista, nada es igual a antes del 11 de septiembre, viajar se ha vuelto un verdadero caos, cargado de estrés e incomodidades por las restricciones impuestas por las autoridades de aviación después de ese acontecimiento; en cualquier lugar, de fiestas, centros educativos, deportivos, con frecuencia surgen alarmas de atentados con bombas y demás, es decir que el miedo impera en esta nación.
Un agregado a la crisis existente en la seguridad de Estados Unidos es la salida de su gente, sus soldados de Afganistán 20 años después en constante guerra en la que perdieron la vida miles de soldados, con el triunfo al poder de los talibanes.
Las víctimas del 11-S. Veinte años después se han identificado, a través de análisis de ADN de los restos que se recuperaron del lugar del suceso, otras dos víctimas del ataque terrorista en el que murieron 2.996, lo que suma la cifra de 1,647 identificados, según las autoridades. Sin embargo, las familias han pedido mantener sus nombres en el anonimato.
Según se ha informado, se siguen realizando estudios para identificar a más víctimas, pero un 40% de estas aún siguen sin ser identificadas. 343 bomberos murieron para entonces en sus labores de rescate, mientras que 20 sobrevivieron.
Como se sabe la principal persona relacionada con el atentado terrorista del 11 de septiembre es el líder de Al Qaida, Osama bin Laden, aunque se dice que éste tenía un autor intelectual que dirigía estos ataques, presuntamente Khalidtima Shaikh Mohamed.