Redacción Delegalymas
En la celebración de su XXVI promoción la Escuela Nacional Penitenciaria de la Procuraduría General de la República graduó a 269 nuevos agentes hombres y mujeres, quienes recibieron su acreditación para formar parte del cuerpo de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario (VTP).
La ceremonia de investidura desde el auditorio de la Procuraduría General de la República en Santo Domingo, y que pude ser vista en los distintos recitos vía internet, estuvo encabezada por Rodolfo Espiñeira Ceballos, procurador adjunto; Patricia Lagombra Polanco, coordinadora del Modelo de Gestión Penitenciaria, e Ysmael Paniagua, director general de la Escuela Nacional Penitenciaria, quienes tomaron el juramento a los graduandos.
El magistrado Espiñeira Ceballos, representó a la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, en nombre de la que felicitó a los graduandos y les agradeció por haber escogido esta carrera, con la que dijo se labrarán un futuro en el sistema de justicia, al tiempo que contribuirán con el fortalecimiento del Modelo Penitenciario que se inició en el país en 2003.
De su lado, el director de la Escuela Nacional Penitenciaria resaltó la trascendencia del rol de los VTP en el proceso de rehabilitación de las personas que han entrado en conflicto con la ley.
“Para esta Procuraduría General de la República es un gran orgullo poder integrar hoy a 269 hombres y mujeres jóvenes que se han formado y capacitado durante un año para trabajar con los privados de libertad y acompañarles en su proceso de cumplimiento y rehabilitación con dignidad, respeto a sus derechos humanos y sobre todo con un gran respeto hacia las personas que ofendieron con sus faltas, crímenes y delitos”, ponderó Paniagua.
Los tres funcionarios entregaron la Medalla al Mérito al agente penitenciario Jairo Jiménez Pérez, por ser quien más lauros acumuló durante el proceso de formación, en el que se destacó por su disciplina. En su discurso de agradecimiento, Jiménez Pérez reiteró el compromiso que asumen los 269 graduandos, de trabajar para la libertad, respetando los derechos humanos de todas las personas privadas de ella.
Con esta promoción, el sistema penitenciario nacional suma 2,242 agentes de Vigilancia y Tratamiento, para una población de 10,010 privados de libertad en los centros de corrección y rehabilitación.