Este miércoles el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso la suspensión durante tres meses de los impuestos federales a la gasolina y al diésel, con la finalidad de reducir los altos precios de los carburantes, los cuales alcanzaron un récord histórico a principios de mes
A través de un comunicado, la Casa Blanca informó de la petición del presidente al Congreso, el cual está controlado por los demócratas, de que deje sin efecto de manera temporal el impuesto de 18 céntimos por galón de gasolina (3,78 litros) y el de 24 céntimos por galón de diésel.
En ambos casos se trata de impuestos del Gobierno federal, por lo que todavía se aplicarían las cargas de los estados de California, es famosa por tener uno de los mayores gravámenes sobre los carburantes de EE.UU..
En ese sentido, la Casa Blanca también instó a los estados a que hagan lo mismo y suspendan sus impuestos propios o a que ayuden a los consumidores de alguna otra forma.
El mandatario estadounidense calificó la situación actual de «única” y justificó su petición para “dar a los estadounidenses un balón de oxígeno, en estas circunstancias de inflación desbocada”.
La suspensión de los impuestos, la cual deberá ser aprobada por el Congreso para ser efectiva, estaría vigente durante los meses de julio, agosto y septiembre, en los cuales hay mayor tráfico en las carreteras, debido a que coinciden con las vacaciones de verano de los niños y la mayoría de los adultos.
A pesar del apoyo mostrado por Biden, no está claro que la medida vaya a obtener el respaldo suficiente en el Congreso, ya que existen reticencias, tanto del Partido Demócrata como también del Republicano.
Añade el comunicado, que el mandatario también pedió al Congreso que “garantice” que la suspensión de las cargas impositivas no tendrá ningún efecto sobre los fondos que se destinan a la construcción, funcionamiento y reparación de autopistas y del transporte público, aunque estos normalmente se financian con el dinero proveniente de esos impuestos.
Como algo nunca visto en Estados Unidos, el precio de un galón de gasolina alcanzó el pasado 11 de este mes de junio los 5 dólares, un récord que se produjo cuando el país vive la inflación más elevada en 40 años.
Según publicó la federación de asociaciones automovilísticas AAA, el precio medio de un galón de carburante en las gasolineras del país se situó ese día en los 5,004 dólares, algo que nunca había ocurrido. Sin embargo, según los analistas de AAA esperan que el precio de la gasolina seguirá subiendo durante los meses de verano.
Fuente: EFE