Nelly Ramírez
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A pocas personas les desagrada la Navidad, y si les ocurre es por alguna razón desagradable en su vida- La Navidad es tiempo de paz, amor, alegría, de esperanzas…Tiempo de henchir los corazones de buena voluntad, humildad, solidaridad, siguiendo el ejemplo que refiere la Santa Escritura; que fue dejado por Jesús de Nazaret al nacer en un pesebre, un establo de animales en Belén, a pesar de ser el Rey del Mundo.
La Navidad es igualmente tiempo imprescindible para las
familias, de reencuentros, reuniones, de expresarse, compartir, así como también con los amigos. Una de las características que mayormente marca la Navidad es la decoración propia de ésta, en todo el mundo, lo cual es imposible no percibir, incluso a los que no les apasiona la época, generalmente inspirada en el nacimiento de Jesús y por la leyenda infantil del viejo barbudo del Polo Norte, Santa Claus.
Los obsequios, regalos, son otro de los elementos característicos de la Navidad, sin importar si se tiene recurso o no; es un tiempo en que las personas se desprenden de cosas para compartir, diferente a otras épocas del año.
El espíritu navideño. Hace sentir a las personas más cerca, las hace amar más al prójimo; les hace más nobles, amables, deja salir al niño que se dice todos llevamos dentro; a disfrutar con la música propia de ésta, con personajes como Santa Claus, los duendes, los Reyes Magos…
¿Por qué su celebración? La palabra Navidad proviene del latín Nativitas, que significa nacimiento. Es una celebración propiamente cristiana, inspirada en la conmemoración del nacimiento del Niño Jesús en Belén el 25 de diciembre-
Para los anglosajones la Navidad es Christmas en inglés, cuyo significado es “mass”‘(misa) de Jesús. Asimismo en culturas germánicas, a esta celebración se llama “Weihnachten, que significa Navidad.
De acuerdo a algunos estudiosos de la historia de la Navidad, la fecha real del nacimiento del Niño Jesús no fue en diciembre, sino en abril o mayo. No obstante, la tradición de la Iglesia Católica celebra esta fiesta el 25 de diciembre. En tanto, las iglesias ortodoxas lo hacen el 7 de enero.