«Dios salve al rey», fueron las palabras del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, al colocar este sábado la corona de San Eduardo sobre la cabeza del rey Carlos III de 74 años de edad, quien desde la muerte de su madre, la reina Isabel II, en septiembre del año pasado, había adquirido el título nobiliario.
El acto de coronación de Carlos III, tras el reinado de más de 70 años de su progenitora, fue un día histórico, de júbilo en Reino Unido. El coro de la Abadía de Westminster se escuchaba de fondo con el himno “Zadok the Priest” de George Frideric Handel, compuesto para la coronación del rey Jorge II en 1727, tocado en todas las coronaciones británicas desde entonces.
La corona colocada a Carlos III, tras ser ungida su cabeza con aceite sagrado por el arzobispo Justin Welby, fue la única vez que la usará; está reservada para las ceremonias de coronación de un nuevo monarca, y fue confeccionada para Carlos II, en 1661.
Camila Parker, la reina consorte, también fue coronada al igual que su esposo; el arzobispo de Canterbury ungió de igual modo con aceite sagrado en presencia de la audiencia, colocando sobre su cabeza la corona de la reina María.
Posteriormente, el rey Carlos y la reina Camila caminaron en la Abadía al compás de “I was glad”, himno de coronación escrito por Hubert Parry para la coronación del rey Eduardo VII en 1902, el cual es cantado en todas las ceremonia de coronación.
Como es tradición de la Familia Real, tras la coronación el rey Carlos III, la reina Camila y miembros de la familia real saludan desde el balcón del Palacio de Buckingham, a la multitud que se congregó al frente al palacio.
Fuente: CNN