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La cara actual de la justicia dominicana

por DeLegalymas

Rafael Ant. Román Rodríguez

rafaelroman5@gmail.com

La situación de la justicia dominicana es cada día más deprimente, los

modelos que por parte de las autoridades encargadas de administrar justicia

se nos presenta a diario dejan mucho que desear.

Se irrumpe, violan y desconocen de forma brutal y con mucha naturalidad

los reglamentos y normas que deben ser asumidas en cada proceso en

función de los intereses de los principales actores del sistema.

La amenaza de aniquilar la estructura institucional del aparato judicial es

cada día más latente.

Muestras constantes de lo corrompido que están los actores del sistema son

las constantes denuncias y acusaciones que pululan en los medios de

comunicación y el grado de impunidad que se espera en cada uno de los

procesos que se inician contra funcionarios del estado, como crónica de una

muerte anunciada.

Todo ello deja en la población dominicana un profundo y amargo sabor a

desesperanza.

Es notoria la impotencia de los formadores y educadores del ámbito de la

educación superior y media. El preludio que se observa es de que “hemos

tocado el fondo”, que lamentable.

Les presento mi aporte para el área profesional en la que he sido formado.

El poema: “El Abogado y su Función en la Sociedad

Dominicana”, dedicado al profesional del Derecho.

El Abogado: Profesional preparado, capaz, inteligente y sabio, inquisidor permanente

que busca conocimiento, persevera, persevera, para su meta alcanzar.

Con su mente siempre presta para justicia impartir. Ejerce la profesión con

apego a la moral, su ética no es temporal y su dignidad mantiene. Con la

ley como instrumento, el abogado es talento puesto al servicio del bien.

Con el poder del creador y guiado por razón la verdad hará imponer como

única solución.

Representa intereses de los grandes y pequeños, poniendo siempre su

empeño para justicia aplicar y también garantizar el derecho de terceros.

 

Enfrenta siempre el poder con orgullo y dignidad, el abogado es cultura

también solidaridad. Con la balanza en sus manos no tiene por qué temer,

la justicia ha de imponer;

Sin importar posición que este deba ocupar, sea fiscal o juzgador;

Justicia e imparcialidad al servicio de la nación es su mayor presentación;

¡Abogado litigante que con ahínco póstula!, no detengas tu postura que

la justicia engrandece.

En su incesante carrera la ética y la moral son las estrellas que brillan desde

el cielo hasta altamar.

Y para todos aquellos que de manera inmoral participan del delito, de

crímenes y corrupción, deshonran la profesión y su rechazo es latente.

Que se venden por prebendas, se colocan frente al mal;

Los abogados corruptos que con naturalidad, garantizan impunidad a favor

de los malvados

Los que retuercen la ley para dinero obtener, de corrupción participan,

garantizando de prisa, que de todos desconfíen.

En su largo proceder la ética está ausente, la inmoralidad es su lema y hasta

practican blasfema, para propósito alcanzar.

Que deshonran la función, ¡Reconocer es de sabio! ellos son la parte

oscura de esta gran profesión, por ellos pido perdón.

Y como no todo es piedra en este largo camino. Avancemos, avancemos

para la gloria alcanzar.

Con lo blanco y con el negro resplandece su figura, pero lo que le enaltece

es la toga y el birrete.

Un profesional completo que sirve hasta pà remedio, y sin caer en dezmero

de las demás profesiones.

Él te ofrece alternativas para tus preocupaciones, te plantea soluciones que

te dan tranquilidad, cualquiera que sea la opción.

¡Abogado!, es solución.

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