Inicio De Actualidad Qué poca suerte tienen quienes descansan en el cementerio Cristo Salvador    

Qué poca suerte tienen quienes descansan en el cementerio Cristo Salvador    

por DeLegalymas

Nelly Ramírez

delegalymas@gmail.com

No importa quién sea el alcalde del momento, a qué partido político pertenezca, si es nuevo o viejo, qué prometió y qué no prometió, lo cierto es que quienes tienen como última morada el  cementerio Cristo Salvador, ubicado en la provincia Santo Domingo Este, lamentablemente no tienen suerte de al menos poder descansar en un lugar limpio, transitable, seguro.

El recién posicionado alcalde de la provincia, el cantautor Manuel Jiménez, no se duda que  tenga la intención de hacer bien su papel en el cabildo, y así lo creen incluso trabajadores del entorno del campo santo, vendedores de flores, velas…quienes expresan su fe en el actual alcalde. Sin embargo, lo que se encuentra al adentrarse a la realidad de cómo lucen los espacios de las tumbas es deprimente.

No justo, al menos que haya un acuerdo con las personas que allí se dedica a limpiar tumbas, que en ningún mandato de alcaldía, ese campo santo esté dignamente viable para que los familiares de los difuntos que allí yacen, puedan ir a visitarles, a honrarles. Vivir esa indignante experiencia solo los más cercanos a quienes están enterrados allí se atreven, obviamente porque ha sido la opción para llevar a sus muertos.

Por lo visto, el  mal estado y la inseguridad de los cementerios públicos en este país, unos más que otros, como es el caso del Cristo Salvador, es el clamor de siempre de quienes no cuentan con los presupuestos para darles sepultura a sus familiares en uno de los cementerios privados.

A pesar de que los cementerios públicos es responsabilidad de los ayuntamientos, los cuales deberían  velar por la adecuación y ornato de estos espacios, ir a un cementerio público, como es el caso del Cristo Salvador, localizado en el sector de San Luis en la provincia de Santo Domingo Este, expone a los familiares, además de las incomodidades para acceder a las tumbas por el cúmulo de hierbas que en algunos espacios sobrepasa la estatura de los concurrentes, a un ambiente desesperanzador, de tristeza, e impotencia.

No debería ser así. ¿Por qué en República Dominicana la población no puede tener derechos a disponer de cementerios públicos dignos para dar sepultura a sus muertos, por qué tiene que ser deprimente, vergonzoso tener a un familiar allí,  si bastante impuestos pagan los ciudadanos al fisco para ello?

En lo que respecta al cementerio Cristo Salvador, el cúmulo de hierbas imposibilita la visión de quienes visitan a sus muertos, poder encontrar las tumbas;  es un caos encontrar e identificar las lápidas, ya que éstas están cubiertas por hierbas altas, troncos, ramas de árboles caídos… Parece todo menos un cementerio, más bien un campo baldío. Es una verdadera odisea ir allí con la intención de visitar a familiares fallecidos.

El descuido de siempre de las autoridades. El tema del descuido de los cementerios públicos es siempre el mismo, en algunos lo que hacen las autoridades, más cuando son recién electa, es  “lavar la cara” en la entrada y en las calles principales. Pero, qué decepción al acceder hacia el interior a donde están las mayorías de las tumbas. En estos espacios  no se ve que haya cuidado alguno.

Y lo peor de la negligencia que se observa en estos cementerios, específicamente en el Cristo Salvador, es que además del personal contratado oficialmente para laborar allí, hay otro personal externo que es el que se encarga, claro está si hay dinero y no poco, de posibilitar que se pueda acceder a algunas tumbas.

Con machetes, hazadas, picos, palas, pinturas malolientes… siguen a los familiares ofertado sus servicios, y como es de entender no hay quien no tenga que hacer uso de los servicios, si es que quiere encontrar la tumba del familiar bajo las abundantes y espigadas hierbas.

¿Cuánto cuesta quitar la hierba de encima de una tumba de tres metros? Que nunca se le ocurra ir sin presupuesto. Quienes hacen estos trabajos allí piden desde RD$ 2,000 para desyerbar el espacio de la tumba según el metraje. El precio de 2,000.00 es para las de tres metros, el espacio más pequeño, el mandatorio para enterrar un ataúd normal.

Ahora bien, ¿todo el que va allí tiene la posibilidad de contar con este presupuesto, además del gasto de velas flores, gasolina? Es por eso que al dominicano se le hace tan cuesta arriba tener la voluntad para pagar impuestos, debido a que lamentablemente en este  país los tributos no se devuelven nunca a los contribuyentes.

Parecería que los sepultados en cementerios públicos  no tienen dolientes en cuanto a autoridades oficiales se refiere. Es como si estos campos santos no contaran con autoridades competentes que los administre adecuadamente, que se encarguen de mantenerlos dignos de quienes descansan ahí, de quienes tienen en éstos  sus últimas moradas.

Qué dicen las leyes  respecto de estos espacios. Es importante destacar que los cementerios públicos están incluidos en la Ley No. 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios, la cual se encarga de establecer quién o quiénes deben velar por mantener el ornato y mantenimiento de éstos.

La citada Ley, en su artículo primero expresa el objeto de la misma, el cual, por supuesto, abarca a los cementerios, ya que su función es regular el Distrito y  los municipios, y, obviamente, los cementerios, que son objeto de los ayuntamientos son parte de esta.

Asimismo, en su acápite 1, dice  la ley: “La presente ley tiene por objeto, normar la organización, competencia, funciones y recursos de los ayuntamientos de los municipios y del Distrito Nacional, asegurándoles que puedan ejercer, dentro del marco de la autonomía que los caracteriza, las competencias, atribuciones y los  servicios que les son inherentes; promover el desarrollo y la integración de su territorio, el mejoramiento sociocultural de sus habitantes y la participación efectiva de las comunidades en el manejo de los asuntos públicos locales, a los fines de obtener como resultado mejorar la calidad de vida, preservando el medio ambiente, los patrimonios históricos y culturales, así como la protección de los espacios de dominio público».

En su artículo 19 la Ley habla sobre la  competencia.  “Competencias propias del Ayuntamiento”, literal J, expresa que entre las competencias y funciones del ayuntamiento está la construcción y gestión de  los cementerios y servicios funerarios.

 

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